DESCANSO POSPUESTO:
Pretendí
olvidar mis obligaciones como periodista independiente alejándome unas cuantas
semanas de la elaboración de este semanario cuya última edición fue el 17 de
Abril de este año, pero creo que lo único que voy a lograr es reducir el
trabajo, eliminando, de momento, lo concerniente a la sección de “sucesos”.
En
“sucesos”, como bien saben los que nos hacen favor de leernos, damos a conocer
lo que ocurre en el Departamento de Huehuetenango en lo que concierne a hechos
delictivos, accidentes y otras cosas similares, que pueden ocasionar la muerte
o heridas graves en algunos vecinos.
Esta
sección ha sido motivo de controversia porque hay algunas personas que detestan
que se den a conocer cosas feas que, desafortunadamente se dan frecuentemente en nuestra jurisdicción; pero
es que si no conocemos la verdad de lo que ocurre, no tendríamos manera de
pedir que se vayan corrigiendo este tipo de “deslices”; es tanto como pedir que
los periodistas de Guatemala no demos a conocer los múltiples actos de
corrupción que ya se conocen (y también los que se van descubriendo últimamente),
para evitar una “mala imagen” de nuestro país a nivel nacional.
Nosotros no
dejamos de entender que tanto los llamados “sucesos” como los actos de
corrupción, de ninguna manera son agradables para quienes quisieran vivir en un
paraíso en donde todos siguiéramos uno de los principales mandamientos de Jesús
“Amaos los unos a los otros”; pero eso, lo sabemos, es poco menos que
imposible. Luego, entonces, tenemos que aceptar irremisiblemente, lo que la
vida nos está dando en Guatemala: Una realidad evidente que nos angustia, que
nos conmociona, que nos duele, pero que n o podemos cambiar de la noche a la
mañana, porque tampoco de la noche a la mañana, todo se fue corrompiendo,
descomponiendo y deteriorando; hace años, y algunos De Uds. lo recuerdan, un
asesinato, un asalto a mano armada o algo similar, eran cosas totalmente
escandalosas; hoy, es el “pan nuestro de cada día”; actos de corrupción en
dependencias del Estado (Públicas y Municipales) se cometían en la más profunda
oscuridad de la noche y con total discreción; hoy, roban, manipulan, gastan en
cosas onerosas y absurdas y compran equipos obsoletos como si fueran muy
modernos y con precios del Siglo XXII, a plena luz del día, con total
desvergüenza y todavía presumen de ello.Y ¿Nosotros? ¡Bien, gracias!