IMPUESTOS:
El Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la
Nación, en este momento, es la “manzana de la discordia” a lo interno del
Congreso de la República, pero también entre los integrantes de los llamados
“tanques de pensamiento”, así denominados grupos que se dedican a estudiar,
analizar (y otros a desestabilizar) los problemas nacionales; cada uno con su
“rollo” en el que, en el peor de los casos, atienden, antes que los problemas
reales, intereses de índole económico, político y también social.
El
dichoso presupuesto, se decidan por la opción que mejor les parezca a los
sabihondos diputados, siempre será deficitario y es entonces cuando escuchamos ideas e
“ideotas” provenientes de muchas personas y lugares con el fin de obtener
recursos de nuevos impuestos que tendrían que pagar ciertos sectores de la
población, principalmente los menos, que son los más ricos del País; y aquí se
inició una nueva “guerra de Troya”.
El
Doctor Iván Velásquez, probablemente recordando lo que ocurrió en su país de
origen (Colombia) se lanzó al ruedo sugiriendo un impuesto para elevar las
posibilidades del sector justicia, principalmente el Ministerio Público, que
solo deberían pagar, temporalmente, los grandes capitales para hacer crecer en
tamaño y posibilidades, las acciones de señalamiento y probatorias de delitos
de corrupción; aquí saltó, literalmente, el CACIF en defensa de sus intereses
económicos, dando por concluida “la luna de miel” entre ellos y la CICIG…”Se
terminó el amor…”. Ahora ya quieren que se vaya Velásquez…
Aparece
un diputado por ahí solicitando el incremento de un quetzal por galón de
gasolina “ahora que está barata” dijo…Y otro más buzo, pide que se graven los
sueldos de Q.50,000.00 en adelante y capitales de Q.500.000.00 para arriba;
nosotros nos preguntamos ¿Por qué razón el susodicho diputado no pidió que se
gravaran sueldos de Q.25,000.00 en adelante? La respuesta es simple: Porque
ellos ganan Q.30,000.00, centavos menos centavos más (Y que conste: este es
solo el salario oficial) y ¡Claro! Ellos no aportan un solo centavo adicional.
Y no se podía esperar otra cosa: Los “dipucacos” ya aprobaron el presupuesto
del Congreso para el año entrante que se sitúa en alrededor de novecientos
millones…
Esta
es nuestra Guatemala, poblada por guatemaltecos, pero sobre todo, por
funcionarios, empresarios y políticos guatemaltecos muy, pero muy “especiales”.
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