CASOS Y COSAS DEL 13 AL 19 DE SEPTIEMBRE DE 2015
Se “esfumaron”
vacunas en 27 de 29 Áreas de Salud a nivel nacional, según un reporte del
Ministerio de Salud dirigido a la Procuraduría de los Derechos Humanos. En él
se revela que Huehuetenango es el “campeón”. 160,638 dosis para prevención de
enfermedades mortales dejaron de aplicarse solo en el 2,014; se recibieron documentalmente
en el área de salud local pero se perdieron.
El 2º lugar de este lamentable suceso lo ocupa Sacatepéquez con 54,652; la
diferencia es de más de 100,000. Miles de niños han quedado sin protección y
pueden morir porque a lo mejor, mafiosos, pudieron robarse las vacunas. La Jefatura de Área de Salud de Huehuetenango
debe informar al respecto. Porque a lo mejor, los cacos, aquí sí se “mandaron”.
Según denuncias públicas, esta vez, en el proceso
eleccionario, intervino un elemento que no se había dado con el descaro y la
desfachatez que ahora apareció. Este nocivo elemento que indudablemente incidió
en algunos resultados electorales fue la intervención ilegal de ministros
religiosos que, no pidieron con claridad por quien votar, pero sí fueron enfáticos
en “exigir” por quien no votar; la separación de Estado y religión quedó por un
lado; volvimos, lamentablemente, a los escenarios tortuosos, perversos y
brutales de la Inquisición y los Tribunales del Santo Oficio; no lo sabemos,
pero a lo mejor hasta pidieron hoguera y linchamiento para los “infieles”.
La idea se ha
generalizado; personajes prestigiosos guatemaltecos están alzando su voz porque
afirman que las concentraciones multitudinarias que se iniciaron en el mes de
Abril en Guatemala, dejaron un poco de lado la depuración del Congreso de la
República, a cambio de lograr la renuncia del Presidente y Vice-Presidenta del
País. Esto último se logró por la presión popular; pero ahora, afirman, es el
momento de enfilar y apuntar las baterías a esta depuración que, para que haya
un cambio total en las estructuras de la Nación, es absolutamente
indispensable; las elecciones, conforme lo previsto, en este sentido, no
sirvieron sino para que algunos dipu-cacos sigan en sus curules cuando debieran
ocupar un asiento (en el suelo) pero en las prisiones de Guatemala; cualquier
cárcel que para el efecto es lo mismo.
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