VACACIONES PROLONGADAS:
En
algunos establecimientos educativos del País, desde el denominado Viernes de
Dolores, se ausentaron alumnos y maestros con el deseo de volver al trabajo, si
es posible, hasta el martes 7 de Abril; por lo tanto ya se iniciaron las
vacaciones más prolongadas del año, aunque en otros ministerios y organismos
públicos, no sean tan extensas como en el de educación.
Tenemos otro lapso, principalmente
en algunas de las cabeceras departamentales que, en cuanto a feriado se
refiere, hasta podría superar en días a
la Semana Mayor; es la celebración de la feria titular en la que no solo se da
la semana completa a los escolares, sino que algunos días anteriores por los
denominados “ensayos” de los desfiles.
La continuidad del trabajo se rompe,
se quiebra y los días laborables son infinitamente menores.
Aprovechemos para efectuar un
sucinto análisis del trabajo escolar: generalmente se comienza a trabajar con
alumnos el 15 de Enero y se va terminando el 15 de Octubre; son nueve meses, en
el mejor de los casos; cada mes se trabajan, si bien nos va, 22 días lo que
hace un total máximo de 198 jornadas; a eso le tenemos que restar no solo las
vacaciones de la Semana Santa, los de la feria titular, sino los otros feriados
establecidos; cuando estos caen en Domingo los trasladan para el Lunes. Si
hacemos la cuenta real, en muchos casos no llegamos ni siquiera a los tan
mencionados 180 días de clases; es prácticamente imposible.
Sin embargo sale un desfasado y
trasnochado “dirigente” magisterial ofreciendo que van a luchar para que en el
magisterio se trabajen por lo menos 220 días. ¿De dónde? Vendidos a empresas
políticas, se volvieron más “papistas que el Papa”; ya no tienen vergüenza.
Pero olvidemos por ahora a estos
sindicalistas políticos corruptos y mentirosos y centremos nuestro pensamiento
en estas vacaciones “semanasanteras” que debieran ser, 1º, para recargar
baterías; 2º, para disfrutar y unir aún más los lazos familiares; 3º, si hay
posibilidades económicas, para hacer un viaje distinto a un lugar montañoso,
frío, con belleza natural exuberante, con mucha paz y tranquilidad, por
ejemplo; y 4º, para meditar y estar en paz con nosotros mismos y con quienes
nos rodean en la familia y la sociedad.
Pensemos que la Semana Mayor es para
conmemorar lo que Jesús vino a hacer por nosotros, llegando hasta el sacrificio
vital en busca de nuestra salvación espiritual; cuando analizamos sus
extraordinarias enseñanzas no existe nada que se parezca a cuestiones
materiales; algo que tenga que ver con el dinero si no es para tener lo
necesario: es dar en vez de recibir; es entregarnos completamente en pos de la
felicidad de los demás; despojarnos totalmente de miserias espirituales como el
egoísmo, la envidia, el rencor, el odio y tanta basura que pudiera acomodarse
en nuestro interior.
Jesús dijo: “Amaos los unos a los
otros”; si solo ese mandamiento se cumpliera, el mundo sería distinto. No
habría lugar para tanta bajeza que, con total cinismo y desvergüenza, se nos
presenta por todos los medios de comunicación social con el propósito de
engañar a personas despistadas y de enriquecimiento ilícito.
En fin: es momento de meditar, de
escoger nuestro destino y prepararnos para legar a nuestros hijos lo mejor o lo
peor de nosotros mismos. Ud. tiene la palabra.
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