domingo, 30 de marzo de 2014

¡ALELUYA!

La información oficial apunta a que en el mes de Noviembre de 2,008, Walter Ranferí Tello con un arma de fuego y acompañado de otro sujeto que no ha sido capturado, le robaron su motocicleta a Dora Carrillo quien se dirigía a su domicilio; el delito se cometió en la aldea Los Regadillos del municipio de Chiantla.

Cinco años y cuatro meses después, por fin, se ha dictado una sentencia de diez años de prisión para el único delincuente que fue detenido y reconocido plenamente por la víctima por el agravio sufrido hace tanto tiempo. Por eso escribimos ¡ALELUYA!, así, con signos de admiración, con mayúsculas y negrilla. Porque ¿Cuántas motos se han robado en Huehuetenango? y es la primera vez que alguien ha sido condenado por este delito recurrente que se comete entre nosotros, que yo sepa, por lo menos.

Escuchaba o leía, no lo recuerdo con precisión, que los habitantes de la ciudad colonial, Antigua Guatemala, del Departamento de Sacatepéquez, están muy alarmados porque, en lo que va del año, casi tres meses, se han robado 18 motocicletas, porque esa cantidad es excesiva para esa ciudad y piden, más bien, ¡exigen! que sea controlada esa situación anómala, a la mayor brevedad posible. 

Aquí, en Huehuetenango, señoras y señores, se han robado hasta 21 vehículos en una sola semana y nosotros los huehuetecos, no aparecemos en los medios de comunicación,  ni pidiendo ni mucho menos exigiendo a las autoridades de Gobernación, que la situación sea controlada a la brevedad. Es una buena diferencia ¿No?.

Nosotros le estamos agradeciendo a Dios que esta semana, que ha sido una de las más tranquilas en este feo asunto, solo se robaron cuatro vehículos y fueron consignados siete. Pero por lo que ha ocurrido hasta ahora, me parece que este es otro de los renglones en que somos campeones nacionales.

Por supuesto, estamos considerados como “municipio seguro”.

Recuerdo que una dama, me parece que indignada porque solemos dar a conocer lo bueno y lo malo que ocurre aquí, nos escribía que hacemos muy mal en dar a conocer la serie de delitos y crímenes que se cometen actualmente entre nosotros, pero el periodismo es así; no se puede “tapar el Sol con un dedo”. Quienes nacieron aquí hace muchos años y se fueron, añoran y con mucha nostalgia, aquel Huehuetenango en donde todos vivíamos como en un paraíso terrenal; robos, asaltos, golpizas, eran considerados casi como que un sacrilegio; hoy, en pleno siglo XXI, hemos convertido este añorado paraíso, casi que como un infierno en el que es difícil vivir. Pero aquí estamos, aguantando el chaparral y tratando de hacer lo mejor que podemos, para cambiar las cosas “para mejor”.

Tenemos la esperanza de que si todos queremos y ayudamos, iremos consiguiendo sembrar y cosechar buenos frutos. ¿Quiere Ud. ayudar también?

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